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Cómo hablar del suicidio para prevenirlo y acabar con el estigma

Julio 18, 2022

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¿Qué vas a aprender con esta nota?

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  • Posibles causas del suicidio y formas de ayudar a prevenirlo

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  • Señales de que una persona tiene tendencias suicidas

El suicidio es un hecho que desafortunadamente sucede día con día, es un problema de salud mental pública que afecta a todos como sociedad y como núcleo de familia. 

 

Tan solo entre 2020 y 2021, el INEGI registró medio millón de suicidios en México, los cuales, en su mayoría, fueron perpetrados por jóvenes de 25 a 34 años. Es importante ponerlo en palabras para que como sociedad se dé visibilidad a un hecho que se puede prevenir con las medidas y el conocimiento adecuados.

 

No existe una única causa que explique el suicidio, no obstante, hay diversas hipótesis que lo pueden esclarecer y, como todo en la psique, hay componentes que lo predisponen y circunstancias que lo desencadenan. 

 

Desde la perspectiva del psicoanálisis todas las personas tienen un yo, es decir, un sí mismo, el cual se desgasta por múltiples razones que se mencionan más adelante, y que varían en cada individuo. 

 

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Se encuentran factores que contribuyen en la conducta suicida a lo largo de los diferentes estadios de la vida, algunos de ellos son la resiliencia personal ante el sufrimiento en relación con el género, la edad, el contexto socio cultural y la educación. 

 

Entre las principales razones de sufrimiento se encuentran el maltrato durante la infancia, situaciones traumáticas que se hayan vivido, estilos de crianza perjudiciales, ambientes nocivos, acoso escolar, parentalidad disfuncional, abuso de sustancias y/o problemas legales de los padres, abusos, expectativas altas por parte de los cuidadores, trastornos mentales de los padres, entre otros.

 

Hay enfermedades mentales, cuestiones cognitivas y orgánicas que tienen correlación con el suicidio, entre ellas: la depresión, la bipolaridad, la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, el alcoholismo y otras adicciones y comportamientos antisociales. 

 

Por último, están los factores sociales y medioambientales que afectan la salud mental y emocional, como: el desempleo, la soledad, la migración, el estrés, los problemas en las relaciones interpersonales, los cambios económicos y la falta de apoyo (o la sensación de que no se cuenta con él). 

Como resultado de los puntos antes mencionados, surge otra posible hipótesis de la génisis del suicidio. Ésta infiere que, ante la furia, la agresión, la indignación contra otra persona o situación que perturba psíquicamente, pero que no llega a penetrar en la conciencia del individuo como tal, sino que se queda reprimida, el yo –o como también se mencionó, aquello que nos invita a la vida– es tratado como lo sería el otro, es decir, el yo recibe toda la agresión que originalmente estaba destinada a otro objetivo. 

 

En resumen, cuando se reprime la agresión puede llegar a tener consecuencias patógenas como lo es que la persona vuelque esa agresividad hacia su propio ser, o como Freud diría: matándose como autocastigo ante la proyección de los impulsos hostiles y agresivos.

 

Es importante recordar que el suicidio se puede prevenir, por lo tanto, es una labor como sociedad estar informados sobre las señales de advertencia para poder así actuar en auxilio de la persona

 

Asimismo, es fundamental no estigmatizar las circunstancias, desmitificar el acto suicida, no tener miedo de abrir y hablar del tema, tomando en cuenta que debe ser un acercamiento amoroso, que invite a la confianza y a la empatía para que la persona pueda expresar sus sentimientos. 

 

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Algunas señales de alerta suicida son:

- Consumo excesivo de alcohol y/o drogas.

- Disminución del desempeño (laboral, escolar, etcétera)

- Dormir considerablemente más o menos de lo habitual.

- Poca energía, falta de interés en actividades cotidianas.

- Historia de pérdidas.

- Comentarios de desesperanza.

- Sensación de incapacidad para enfrentar el día a día, pueden presentarse ausencias o sentir la vida como una carga.

- Comer considerablemente más o menos de lo habitual.  

- Situaciones de dolor emocional, desesperanza e infelicidad.

- Intentos suicidas previos (un intento suicida no consumado es el factor de riesgo más importante).

- Comportamiento inadecuado, como violencia o agresividad.

- La incapacidad de ver alternativas de solución.

 

Es de suma importancia sensibilizar e informar tanto a profesionales de la salud como de otras áreas sobre la detección y valoración del riesgo suicida, además, para que adquieran herramientas para contener e intervenir de manera adecuada. 

 

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Los siguientes son algunos puntos importantes para tener en cuenta al estar en contacto con una persona que tiene tendencias suicidas:

- El dolor emocional es parte de todos, valida el dolor de la persona y escucha lo que quiera compartir contigo.

- Acepta sus emociones y respeta todo lo que te diga, incluso sus silencios.

- Procura comprender su situación y su sentir, no desde el juicio, sino desde la empatía.

- No intentes convencerlo de que todo está bien y agradécele por compartir. Luego ofrece tu apoyo y sé comprensivo.

- Habla sobre el tema sin temores. Pregunta con mayor profundidad a la persona cómo está, no tengas miedo de abrir el tema y preguntar si algo intuyes. Haz preguntas como: ¿has pensado en la idea de suicidarte? ¿avisarás a alguien? ¿tienes ya un método? ¿está a tu disposición? ¿eres consciente de las consecuencias? ¿sabes cómo afectará a tu gente cercana? ¿qué pretendes con ello?

- Nunca minimices las llamadas de atención y no dejes a la persona sola si crees que está pasando por una crisis y aleja de su alcance cualquier instrumento que pueda servirle para cometer suicidio, desde armas de fuego hasta sustancias tóxicas.

- Hazle prometer que te buscará antes de tomar cualquier tipo de decisión sobre su vida. A cambio, ofrécele estar siempre presente para escucharle y darle apoyo.

- Ofrece propuestas de apoyo a la persona. Anímala a buscar ayuda profesional, puedes ayudarle a buscar alguna opción cercana y accesible para ella e incluso ofrecerte a acompañarla, pues quizás sea más fácil dar el paso con una persona de confianza a su lado.

- Comunica tu preocupación con más personas que conozcan a la persona en cuestión y busquen turnarse para acompañar a la persona y darle apoyo.

 

Finalmente, si eres tú quien ha pensado en quitarse la vida, ten presente que el suicidio no es una “solución”; por supuesto que es comprensible que lo que sea que estés viviendo y te ha conducido al punto en el que estás ahora debe ser algo muy abrumador, agotador y angustiante. Sin embargo, y aunque no lo parezca por ahora, confía en que ese dolor pasará, porque éste se transforma, pero para eso, primero hay que procesarlo, entender por qué y para qué está presente. Seguro sientes que no hay esperanza, pero ten confianza en que el dolor transforma y eres capaz de superarlo. 

 

La vida no es color de rosa, la vida a veces asusta, implica dolor, pérdidas, angustia, confusión, así es que permítete llorar, déjate sentir y confía en que no estás solo o sola, hay muchas redes de apoyo, entre ellas la psicoterapia y puedes recurrir a ella para empezar a sanar.

 

Información proporcionada por: Psicoterapeuta psicoanalítica Paola Sánez Pardo

Teléfono: 5518103194

E-mail: [email protected]

 

Foto de Rawpixel - Freepik


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